El Cafè Barroco ofrece un ambiente relajado y distendido, con juegos de mesa y rompecabezas para disfrutar.
El trato de la dueña es cercano y campechano, lo que hace que el lugar se sienta confortable y hogareño incluso en la primera visita.
Destacan los nachos de curry, la sidra de frambuesa, los pambolis de queso de cabra, miel, nueces y pera, y la especialidad del mes de crujiente de serrano con queso de cabra.
Los clientes quedaron fascinados con los pambolis, el ambiente acogedor, la variedad de juegos disponibles y el servicio animado y eficiente. La experiencia en su conjunto fue muy positiva.
Los clientes planean volver pronto al Cafè Barroco para probar los helados caseros y disfrutar nuevamente de la experiencia positiva que tuvieron en su visita anterior.